Una de las mejores cosas que puedo pasarme al empezar a dedicarme a la comedia fue que todavía estuviera en marcha el programa «Nuevos Cómicos» de Paramount Comedy entonces, Comedy Central ahora.
No sólo porque si conseguías tener 25 minutos de monólogo decente podías grabarlo para que se emitiera en televisión y eso era un subidón no sólo emocional sino también laboral, sino porque en ese proceso que hay desde que se tiene la idea de lo que quieres contar hasta que consigues tener 25 minutos de bromas, Paramount Comedy te ofrecía – obligaba – a sentarte con el coordinador de nuevos cómicos – en mi caso fueron Ricardo Castella y Juan Diego Martín – a corregir el texto.
Primero sobre papel y luego pasando la vergüenza de tener que ver las grabaciones de todas las funciones que hacíamos en las salas en directo donde se organizaban las noches de Paramount Comedy, y que servían para que los cómicos pudiésemos probar los textos antes de poder grabarlo y emitirlo.
Y lo mejor de todo aquello es que ese proceso era completamente gratis para el cómico.
Paramount Comedy te ofrecía de manera gratuita todas las herramientas necesarias si querías hacer monólogos.
Te enseñaban a escribir, te explicaban porque algo no había funcionado, organizaba actuaciones para que los cómicos pudiesen probar texto, revisaban contigo lo que había pasado y te enseñaban a corregirlo, cuando la cosa estaba lista se grababa y se emitía y a los dos o tres monólogos – no recuerdo bien – pasabas a actuar con ese texto en teatros al lado de gente como Agustín Jiménez, Eva Hache, Raúl Cimas, Joaquín Reyes, Ernesto Sevilla, Ricardo Castella…
Cualquier nombre que os fascine estaba en esa lista.
Creo que nunca le estaré lo suficientemente agradecido a lo que Paramount Comedy hizo por los cómicos durante aquellos años.
Con el tiempo y, supongo que por algún error o extraña borrachera de Ricardo Castella, yo acabé convirtiéndome en coordinador de nuevos cómicos y lo dejé cuando por tiempo era imposible compatibilizar aquel trabajo con Sé lo que hicisteis.
Por desgracia, con los años Paramount Comedy dejó de hacer aquello, y personalmente creo que en el panorama de comedia quedó un hueco extremadamente grande.
Yo me aparté de los monólogos un tiempo y al volver me di cuenta de que, al menos desde mi punto de vista, faltaba algo importante:
Esas noches de comedia donde el cómico pudiera ir a probar realmente si el material en el que estaba trabajando funciona o no funciona.
Me explico:
Esas noches existen.
He pasado por algunas noches donde se supone que los cómicos suben a probar el material y muchas de esas noches he visto a cómicos que había visto noches antes.
Cuando me pasó la primera vez me alegré mucho porque al haberlos visto hacía unas semanas, iba a poder ver la diferencia sin embargo…
Muchas veces no hay ninguna diferencia.
De hecho, alguna vez he coincidido con cómicos que aprovechan esas noches para hacer el mejor trozo de un monólogo que ya saben que funciona.
Y eso es perfecto.
Cada uno tiene que hacer lo que le de la puta gana.
Pero subir al escenario a hacer lo que ya sabes que funciona… no te servirá de mucho si eres de los que quieren seguir probando y escribiendo.
Entiendo que escribir o probar cosas nuevas sin una motivación clara – en los tiempos de Paramount Comedy la motivación era poder grabar en televisión tu material y después salir de gira – es un poco complicado, pero si te gustan los monólogos mi consejo es que no dejes de escribir y de probar porque nunca sabes quién está entre el público.
Aquellas noches donde nos enfrentábamos a diez minutos donde no teníamos claro que era lo que podía pasar eran imprescindibles para después volver a casa y trabajar en mejorar lo que teníamos.
No os aburriré con la cantidad de noches que he pasado en vela intentando descubrir porque una broma no es graciosa y cuando unos días después veía la grabación descubría que en realidad el problema no estaba en la broma sino en mi.
Sencillamente había hecho la broma mirando en la dirección equivocada o justo cuando se había caído un vaso y nadie había escuchado la broma.
Subir al escenario a probar el material y después tener la opción de verlo y escucharlo es una herramienta increíblemente útil.
Sé que en Madrid, antes de que todo esto pasara, había muchos locales donde se hacían noches de micro abierto y al no haber estado en todas, no puedo asegurar que en todas fuera exactamente igual y pasara lo que digo, pero por las que yo pasé a echar un vistazo, casi siempre me encontré con cómicos probando muy poquito y enseguida retomando el material que sabían que funcionaba.
Insisto en que eso me parece genial, pero sospecho que eso puede hacer que algunos cómicos que realmente quieran probar material, al ver la situación, se agobien y acaben no subiendo al escenario o no probando por miedo a que su actuación sea más floja que la del cómico anterior.
Y ese «miedo» o «vergüenza» puede que retrase su proceso.
Por eso llevo unas semanas hablando con una de las salas donde empezó el tema de los monólogos aquí en Madrid y que entiende perfectamente lo que digo para intentar devolver a los cómicos esas noches donde salir a probar de verdad.
Por fin esta semana conseguí como respuesta «Hagámoslo».
A partir de finales de octubre, si eres cómico y quieres probar tu material, podrás hacerlo en La chocita del loro que hay en la Gran Vía de Madrid.
En mi cabeza puede recuperarse ese espíritu que nació en Paramount Comedy donde los cómicos charlan nerviosos en la parte de atrás acerca del material que están a punto de probar y una nueva idea que tengo en la cabeza y que todos hemos visto en cien películas y que a la larga me gustaría conseguir:
Pasarte por la sala, preguntar si queda hueco para probar cinco minutos y si queda hueco… subirte al escenario a ver que tal.
Estoy seguro de que recuperar ese espíritu no será algo que pase de la noche a la mañana.
Es una carrera muy a largo plazo.
Pero si dentro de 10 años, alguien recuerda esas noches de comedia que estamos a punto de arrancar con la mitad del cariño con el que yo recuerdo las noches de Paramount comedy… me daré por satisfecho.
Cómo todavía no tenemos fecha exacta os recomiendo seguir en redes a La chocita del loro y en cuanto se sepa la fecha, se abrirán las listas para pedir hueco.
Yo las noches que pueda estaré por allí, así que si me ves y crees que puedo echarte una mano con algo no dudes en acercarte a preguntar.
Y gracias a La chocita del loro por darme la oportunidad de intentar traer de vuelta un trocito del pasado.
Siento la imagen que he utilizado para ilustrar esta noticia, pero es importante que veáis el lado oscuro de la comedia:
Pierdes pelo.
Me encantaría poder participar. Escribo y tengo material.
Desde Valencia una compañera cómica se levanta del sofá y te dice: OLE TU Y TU XOXO MORENO!!! Aquí en Valencia teníamos eso con Opera y la verdad es que es imprescindible probar «de verdad» y sin miedo. Ojalá pueda ir a Madrid y subir al escenario algún día. Pero ya de antemano….GRACIAS
La chocita del loro me queda un poco lejos pero valdrá la pena!! 😁
Unas ganas enormes de ir a probar y experimentar la recuperación de un ambiente de la comedia española que lamentablemente no tuve la oportunidad de vivir, nos vemos en los escenarios, que ilusión