Vuelta solocomedia

¿Por qué no intentarlo?

Si no he contado mal -seguramente si- este año cumplí veinte años en la comedia.

Creo que yo tenía 22 cuando Paramount Comedy decidió acercarse a Barcelona y recorrerse todas las escuelas de interpretación en busca de gente que estuviera interesada en los monólogos.

Por aquel entonces ningún chaval de mi generación sabia que carajos era eso de la «comedia de pie» pero cómo tampoco teníamos twitter ni Facebook ni Instagram, no perdíamos nada descubriendo de que iba todo aquello.

Imagino que cada uno de los nombres que empezaron en la comedia al mismo tiempo y en la misma ciudad que yo, Dani Mateo, Ana Soriano, Iñaki Urrutia, Toni Moog, Martín Piñol, Txabi Franquesas… -y muchísimos más a los que si ahora mismo no menciono no es por nada más que tratar de ir al grano y robarte a ti que estás leyendo poco tiempo- lo hizo por un motivo distinto.

En mi caso fue porque estaba estudiando interpretación, me gustaba escribir y aunque nunca me había interesado especialmente la comedia, lo vi como una oportunidad de ganar literalmente cuatro duros pero sobre todo era una oportunidad para poder subir a un escenario y tratar de acelerar lo de perderle el miedo a estar delante de la gente.

Recuerdo que mi primera actuación fue en un local llamado Garibaldi en Madrid donde vinimos -sino recuerdo mal que seguramente si- tres cómicos:

Aroon Olivares, Marc de Alberdi y servidor.

Me suena que también andaba por allí un tipo extremadamente divertido (o al menos a mi me lo parecía) que se llamaba José Cáceres pero quizá estoy mezclado recuerdos así que no me hagáis mucho caso.

Durante los ensayos, el texto de Marc nos sacó a todos carcajadas.

Recuerdo una broma que me parecía maravillosa.

Era algo así como:

«Yo no estoy mal de la cabeza, pero si una flor me habla… le contesto».

Pensad que por aquel entonces no existían las redes sociales así que muchas de las bromas y reflexiones que escuchábamos no estaban ya manoseadas por media humanidad.

Cuando alguien hacía una broma no pensabas:

«Eso ya lo dijo menganito o fulanito».

Cuando alguien hacía una broma tenías la certeza de que se le había ocurrido a él.

Y esa sensación era increíble.

Al grano…

Al habernos reído tanto en los ensayos de Marc, sabíamos que aquella noche todo el mundo recordaría su actuación.

Marc salió el primero y el público no se río ni una sola vez.

Aquello hizo que el pánico se apoderase del resto.

¿Cómo podía salir bien nuestra actuación si la del tipo más desternillante había ido mal?

Esa fue una de las primeras lecciones que aprendimos:

Que a ti te haga gracia no significa que se lo haga a nadie más.

Por aquel entonces, el coordinador de los «nuevos cómicos» de Paramount era Ricardo Castella y aunque ya se ha dicho muchas veces y por mucha gente, Ricardo es uno de los tipos que mejor escribe comedia en España.

Y uno de a los que peor les queda un pañuelo en la cabeza.

Pero esa es otra historia.

El caso es que después de aquellas primeras actuaciones, muchos optaron por dejar la comedia y otros optamos por seguir intentándolo.

Y aunque hace veinte años jamás me hubiese planteado dedicarme a la comedia ahora me resulta una locura abandonarla.

Y ahí es donde entra Solocomedia.

La intención de Solocomedia no es simplemente hacer sketches donde, entre la idea del cómico y el resultado final no haya ni un solo intermediario que él no quiera.

La intención de Solocomedia es dar las gracias a un genero que personalmente me apasiona.

Pero hasta hace muy poco no me dí cuenta de eso.

Hasta hace muy poco pensaba que Solocomedia era simplemente un lugar donde hacer sketches y ya está, sin embargo, durante estos meses he pensado mucho y creo que lo mínimo que puedo hacer es intentar construir un rincón donde cuando la gente se pase por aquí, además de poder estar al día de los últimos sketches que vayamos produciendo, estar también al día de las noticias relacionadas con comedia.

Esta vez Solocomedia vuelve con una intención:

Servir de altavoz a la comedia.

Y por primera vez en once años, estoy seguro de estar en el camino correcto porque además me he releído El Alquimista.

Dicho esto…

Gracias por la paciencia.

Arrancamos.

Por cierto:

Nuestras actuaciones también fueron un desastre aquella noche.