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Busquemos la tara

Busquemos la tara será un programa concurso donde los concursantes no sabrán a lo que han ido hasta que estén allí.

La idea es sencilla:

Un grupo de hombres y mujeres se apuntan a un programa de televisión para encontrar el amor.

En general son jóvenes, a primera vista no dan asco e incluso algunos consiguen hablar durante un minuto pareciendo medio coherentes.

Harán una presentación hablando a cámara donde dirán lo que buscan en la otra persona.

Pedirán cosas como:

“Que sea extrovertida, agradable, cariñosa, simpática y que esté dispuesta a sentar la cabeza porque ya estoy cansado de rollos de una noche que no llevan a nada”

Y ofrecerán cosas como:

“Soy cariñoso, atento, siempre estoy riendo, amigo de mis amigos, quiero a mi familia muchísimo y soy muy sincero”

Todo parecerá normal.

Gente joven, guapa, con valores y ganas de compartir su vida con alguien.

Y después de las presentaciones, el presentador/a dirá:

– Pues ahora que ya los conocemos a todos y a todas llega el momento de descubrir… ¡¡¿Dónde está la tara?!! –

Y mientras el público aplaude y corea al unísono un “¡¡¿Dónde está la tara?!!”, se levantará un telón y habrá un jurado donde por supuesto estará Santiago Segura que tendrá que descubrir precisamente eso:

Donde está la tara.

Podrán hacer toda la clase de preguntas y hablar con la gente de su entorno para descubrir donde está la tara.

Y el primero que descubra donde está la tara ganará tres mil euros que podrá donar a una ONG o quédarselos.

Porque no nos engañemos.

Si eres joven, guapo, inteligente, con valores y con ganas de formar una familia pero tienes que ir a la tele a gritárselo al mundo es porque tienes una tara.

Y no me digas lo de “Es que en realidad soy muy tímido y me cuesta acercarme a las chicas” porque acabo de verte en un video abrazando a un árbol para decir que te gusta la naturaleza y que te gustaría tumbarte con la chica de tus sueños debajo.

Así que no me jodas.

Sé valiente y cuando vayas a un programa de buscar novia y tengas que hacer el video de presentación, ten los huevos de acabarlo diciendo:

– Sé que tengo una tara. ¿Me ayudas a encontrarla? –

La tele

Durante mucho tiempo veía la tele por obligación.

Trabajaba en ella y hablaba sobre algunas de las cosas que pasaban ahí, así que mi día consistía en ver la tele, ver la tele y ver la tele.

De 24 horas que tenía el día pasaba unas 16 viendo la tele.

Una vez leí que dedicar más de 3 horas al día a ver la tele te podía dejar imbécil así que mis posibilidades de volverme imbécil estaban por encima del 90%

No es que me preocupe ser imbécil.

Es más…

Creo que ser imbécil tiene ventajas.

La gente no te culpa de las cosas cuando haces algo mal.

Simplemente dicen:

“Déjalo. Es imbécil”

Así que ser imbécil no es algo que me preocupe demasiado.

Cuando dejé de estar en televisión dejé de verla.

Para desintoxicarme.

No sabía si la tele no me gustaba o si me había convencido de que no me tenía que gustar.

A veces hacemos eso.

Nos convencemos de que algo no nos tiene que gustar aunque nos guste.

Intentamos convencernos de que eso que nos gusta es malo o está mal visto e intentamos alejarlo.

Así que dejé de ver la tele para ver si la echaba de menos o no.

Hice otras cosas.

Me encantaría escribir que hice cosas fascinantes como viajar a la India a descubrir mi yo interior, escalar montañas, construir escuelas, salvar vidas pero la verdad es que me quedé en casa rascándome los huevos, leyendo y jugando a la Play.

Hasta que un día sentí curiosidad y la puse.

Y me encontré de morros con una cosa que me hizo mucha gracia.

Madres buscando novias a sus hijos.

Había visto en la MTV una cosa parecida.

Los padres seleccionan a un par de personas y su hijo/a tiene citas con ellos para ver si se queda con su antigua pareja o con la persona a la que sus padres han escogido.

Esto era algo así.

Entre el hijo y la madre seleccionaban a un grupo de tías y él iba descartando a las que no le gustaban.

Para mi gusto faltaba que el tipo marcase a las que no seleccionaba con un hierro al rojo vivo para que el resto de seres humanos del planeta supiesen que habían sido rechazadas por semejante elemento.

Una especie de letra escarlata del S.XXI

Siempre me ha fascinado la gente que sale por la tele a gritarle al mundo:

“¡¡Tengo una tara!!”

Si lo hicieran por la radio me parecería menos grave.

En la radio no le pones cara a la persona que grita eso pero al hacerlo por la tele es:

“¡¡Tengo una tara!! ¡¡Quédate con mi cara por si nos encontramos por ahí!!”

Y está claro que si vas a buscar pareja a la tele es porque tienes una tara.

Imaginad las conversaciones de dos personas que se han conocido en un programa de televisión con sus hijos:

“¿Cómo os conocisteis mamá y tú?”

“Fui a un programa de tele con tu abuela. Vinieron muchas chicas que querían ser mi novia. Y de las que había, la que me pareció menos repugnante fue tu madre”

“¿Escogiste a mamá porque te daba menos asco que las demás?”

“Aja”

“¿Y tú porqué fuiste al programa, mamá?”

“Nadie se me acercaba y cuando vi que un montón de hombres iban a la tele buscando novia, tu padre fue el que me pareció menos desagradable y me apunté”

“¿Escogiste a papa porque era el que menos asco te daba?”

“Sí”

“Teniendo en cuenta que no habéis dejado nada al azar, puedo suponer que soy adoptado y me escogisteis porque soy el niño que menos asco os daba del montón, ¿verdad?”

“Exacto”

“Genial. ¿Puedo coger el revolver que hay en el armario para una cosa mía?”

Pero lo que me importa es que algo me llamó la atención.

Así que empecé a ver la tele de vez en cuando.

Veo todos los estrenos de los programas.

El último estreno son famosos que saltan al agua desde trampolines.

Aprenden a saltar y saltan.

La verdad es que me parecería mucho más divertido si no les enseñaran.

Me parecería más divertido si el programa fuese:

Famosos que no han saltado en su vida desde un trampolín hoy van a hacerlo por primera vez.

Sin entrenar.

Llegan media hora antes, se suben a una altura de 10 metros y saltan de cabeza al agua ver que pasa.

Es más…

Ni siquiera les hemos dicho a lo que vienen.

Les traemos con los ojos vendados, los dejamos a diez metros de altura y quitamos la escalera.

Si quieren bajar la única opción que tienen es saltar.

Y alguno me dirá:

“Pero si lo hicieran así, podrían matarse”

Y yo le diré:

“Y si pudieran matarse… lo verías menos, ¿verdad?”

Creo que ha llegado el momento de cruzar la línea.

Programas a vida o muerte.

Voy a darle una vuelta a eso.

Si se os ocurren concursantes… avisad.