Durante mucho tiempo veía la tele por obligación.
Trabajaba en ella y hablaba sobre algunas de las cosas que pasaban ahí, así que mi día consistía en ver la tele, ver la tele y ver la tele.
De 24 horas que tenía el día pasaba unas 16 viendo la tele.
Una vez leí que dedicar más de 3 horas al día a ver la tele te podía dejar imbécil así que mis posibilidades de volverme imbécil estaban por encima del 90%
No es que me preocupe ser imbécil.
Es más…
Creo que ser imbécil tiene ventajas.
La gente no te culpa de las cosas cuando haces algo mal.
Simplemente dicen:
“Déjalo. Es imbécil”
Así que ser imbécil no es algo que me preocupe demasiado.
Cuando dejé de estar en televisión dejé de verla.
Para desintoxicarme.
No sabía si la tele no me gustaba o si me había convencido de que no me tenía que gustar.
A veces hacemos eso.
Nos convencemos de que algo no nos tiene que gustar aunque nos guste.
Intentamos convencernos de que eso que nos gusta es malo o está mal visto e intentamos alejarlo.
Así que dejé de ver la tele para ver si la echaba de menos o no.
Hice otras cosas.
Me encantaría escribir que hice cosas fascinantes como viajar a la India a descubrir mi yo interior, escalar montañas, construir escuelas, salvar vidas pero la verdad es que me quedé en casa rascándome los huevos, leyendo y jugando a la Play.
Hasta que un día sentí curiosidad y la puse.
Y me encontré de morros con una cosa que me hizo mucha gracia.
Madres buscando novias a sus hijos.
Había visto en la MTV una cosa parecida.
Los padres seleccionan a un par de personas y su hijo/a tiene citas con ellos para ver si se queda con su antigua pareja o con la persona a la que sus padres han escogido.
Esto era algo así.
Entre el hijo y la madre seleccionaban a un grupo de tías y él iba descartando a las que no le gustaban.
Para mi gusto faltaba que el tipo marcase a las que no seleccionaba con un hierro al rojo vivo para que el resto de seres humanos del planeta supiesen que habían sido rechazadas por semejante elemento.
Una especie de letra escarlata del S.XXI
Siempre me ha fascinado la gente que sale por la tele a gritarle al mundo:
“¡¡Tengo una tara!!”
Si lo hicieran por la radio me parecería menos grave.
En la radio no le pones cara a la persona que grita eso pero al hacerlo por la tele es:
“¡¡Tengo una tara!! ¡¡Quédate con mi cara por si nos encontramos por ahí!!”
Y está claro que si vas a buscar pareja a la tele es porque tienes una tara.
Imaginad las conversaciones de dos personas que se han conocido en un programa de televisión con sus hijos:
“¿Cómo os conocisteis mamá y tú?”
“Fui a un programa de tele con tu abuela. Vinieron muchas chicas que querían ser mi novia. Y de las que había, la que me pareció menos repugnante fue tu madre”
“¿Escogiste a mamá porque te daba menos asco que las demás?”
“Aja”
“¿Y tú porqué fuiste al programa, mamá?”
“Nadie se me acercaba y cuando vi que un montón de hombres iban a la tele buscando novia, tu padre fue el que me pareció menos desagradable y me apunté”
“¿Escogiste a papa porque era el que menos asco te daba?”
“Sí”
“Teniendo en cuenta que no habéis dejado nada al azar, puedo suponer que soy adoptado y me escogisteis porque soy el niño que menos asco os daba del montón, ¿verdad?”
“Exacto”
“Genial. ¿Puedo coger el revolver que hay en el armario para una cosa mía?”
Pero lo que me importa es que algo me llamó la atención.
Así que empecé a ver la tele de vez en cuando.
Veo todos los estrenos de los programas.
El último estreno son famosos que saltan al agua desde trampolines.
Aprenden a saltar y saltan.
La verdad es que me parecería mucho más divertido si no les enseñaran.
Me parecería más divertido si el programa fuese:
Famosos que no han saltado en su vida desde un trampolín hoy van a hacerlo por primera vez.
Sin entrenar.
Llegan media hora antes, se suben a una altura de 10 metros y saltan de cabeza al agua ver que pasa.
Es más…
Ni siquiera les hemos dicho a lo que vienen.
Les traemos con los ojos vendados, los dejamos a diez metros de altura y quitamos la escalera.
Si quieren bajar la única opción que tienen es saltar.
Y alguno me dirá:
“Pero si lo hicieran así, podrían matarse”
Y yo le diré:
“Y si pudieran matarse… lo verías menos, ¿verdad?”
Creo que ha llegado el momento de cruzar la línea.
Programas a vida o muerte.
Voy a darle una vuelta a eso.
Si se os ocurren concursantes… avisad.