Hay preguntas que sobran.
Si ves que vacío un carrito de la compra con tantos productos que llenan la cinta corredera ya sabes que necesito bolsas.
Más de una vez he estado tentado de responder:
“No. Mi plan es dejarlo todo bloqueando tu puta caja e ir haciendo viajes al coche”
Cuando yo era más joven las bolsas del supermercado eran gratis.
Y no me vengas con cuentos del medio ambiente porque si te pido diez bolsas me las darás.
Me creería lo del medioambiente si cuando pidiera una bolsa de plástico saliera un grupo de gente a insultarme.
Gente que dice cosas como:
“Ahí está el hijo de puta que sigue pidiendo bolsas de plástico. ¡Sujetadlo y vamos a mearle en la boca!”
Pero eso no pasa.
Lo único que pasa es que si te pido una bolsa de plástico me la vas a cobrar.
0,5 céntimo.
Un precio que nos podemos permitir.
Algo que demuestra que la excusa del medioambiente es falsa.
Si quisieras que la gente dejase de usar bolsas de plástico me las cobrarías a cien euros.
Harías que realmente me pensara el comprarme la bolsa.
Harías que tuviera que hablar con mi mujer sobre esa decisión.
“¿Compramos la bolsa o damos de comer a los niños?”
Si quieres cuidar el medioambiente ve a saco.
A muerte con todo.
Instala francotiradores en la azotea y a todo el que se acerque a tu supermercado con un coche que no sea eléctrico, ordena que disparen a la puta cabeza en cuanto lo tengan a tiro.
Así poco a poco la gente sabrá que vas en serio.
Sé que no tiene sentido que la pregunta “¿Vas a querer bolsa?” me haya cabreado tanto.
Lo sé.
Pero tampoco tiene sentido que cuando te diga que no, me des doscientos putos papelitos contándome la cantidad de descuentos que tendré en mi próxima compra.
Si tienes un supermercado… ¡se coherente!
Adiós