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¿Quién coño ha muerto?

¿?
“Frases bonitas para muertos que no te importan mucho”
Estoy pensando en montar una empresa que se dedique a eso.
No insinúo que cuando muere alguien y todo el mundo corre a twitter a escribir algo precioso y limitado a 140 caracteres, (alguno menos porque hay que incluir una foto del fallecido), no lo haga con el corazón.
Por supuesto que lo hacen.
Estoy seguro de que hay gente queda devastada por la muerte de gente que no conoce.
No hay más leer algunas frases:
“Hoy está triste incluso el cielo”
“Por fin hay una estrella de verdad iluminando el firmamento
Cosas preciosas que supongo les supondrán un problema cuando muera alguien cercano.
Quiero decir:
Si cuando muere una persona a la que admiras porque la has visto desde pequeñito (él a ti no) en la tele y te pones tan triste que crees que hasta el cielo lo está… cuando muera un familiar o amigo tienes que subir esa apuesta.
No puedes limitarte a un:
Qué pena lo de la mama, ¿verdad?”
Cualquiera que lo escuche se acercará y te dirá:
“¿Eso es todo lo que vas a decir Cuando murió el tío que salía en Harry Potter, dijiste que hacia más frío porque incluso el sol había tenido que apagarse un poco y ahora que ha muerto tu madre solo dices: Qué pena lo de mama”? Eres un hijo de mierda”
Pero igual que creo que hay gente que queda devastada por esas perdidas de personas que han visto durante años (esas personas a ellos no), también creo que hay gente que dice cosas sobre esa muerte solo por integrarse.
Por quedar bien.
Para que parezca que también están tristes y se han quedado en shock.
Y esa gente está desprotegida.
Corren riesgos.
Pueden que buscando en internet algo que les de una pista sobre la persona que ha muerto para poder poner una frase que haga que parezca que realmente sabían quien era , metan un dato equivocado y queden como idiotas.
Se han dado casos.
Por eso estoy pensando en crear una empresa que reduzca esos riesgos.
Una empresa que se dedique a integrarte con los demás cuando muera alguien que no tienes ni puta idea de quién era pero parece ser alguien porque todo el mundo lo está comentando.
Montaré una empresa para esa gente en esos momentos.
La llamaré:
“¿Quién coño ha muerto?”
En la home estará la cara del muerto más conocido del día con una pequeña biografía contrastada.
(Ahora trabajo con científicos así que llevo muy a rajatabla lo de contrastar.)
A su lado habrá otras personas que hayan muerto pero que van a tener menos repercusión.
Sin embargo a lo mejor te apetece quedar de puta madre con un grupito más pequeño y puedes escoger a otra de las personas que haya muerto para decir:
“No solo ha muerto fulanito. Os recuerdo que también ha muerto el gran Menganito #igualdadenlamuerte”
Y quedarás de puta madre.
La home principal de la web será eso.
Un surtido de personajes que han muerto pero con un destacado del más potente.
Al clicar sobre ellos entrarás en una ficha donde estarán sus mejores frases, papeles, libros, actuaciones, pinturas, canciones… lo que sea.
Así puedes escoger la que más te guste sin tener que rebuscar en internet.
Además la gente podrá votar y sabrás que cosas eran mejores gracias al sistema de puntuación.
Y cuando hayas elegido la persona y su momento especial para ti, te aparecerán una serie de frases bonitas para que no tengas que pensarlas.
En la versión gratuita serán un poco más flojas.
Habrá versión gratuita y versión de pago.
La de pago será la polla.
En la de pago, quedarán registradas las frases que ya has usado para que no la cagues diciendo lo mismo, si hay vídeo de la persona será en HD, podrás escoger entre fotomontajes, podrás dar el pésame más bonito del mundo con un solo clic…
La versión pago será acojonante.
Te aseguraremos los 140 caracteres más jodidamente bonitos que se le pueden dedicar a esa persona que no tienes ni puta idea de quién es pero que como ha muerto quieres decir algo bonito para integrarte.
La estoy montando.
Cuando la tenga os aviso.
De momento, si muere alguien pero no sabéis quién era, seguid haciendo lo que sea que hagáis hasta ahora.
Adiós.

EL DOS HOSTIAS

En los gobiernos falta una figura que creo podría arreglar algunas cosillas.

Como no existe me he tomado la libertad de ponerle yo el nombre, pero cualquier otra propuesta será bienvenida.

A esta figura la he llamado:

“El dos hostias”

Será una figura puesta por el pueblo.

“El dos hostias” no pertenece a ningún partido.

Es más… la política se la pela.

Ni siquiera necesita saber nada de política.

“El dos hostias” no tendrá ni voz ni voto.

No podrá opinar sobre ninguna decisión que tome el presidente porque el presidente del país será alguien escogido por el pueblo así que “El dos hostias” no se meterá en ninguna de las decisiones que tome el presidente.

No juzgará si los impuestos suben, bajan, si hay mucho o poco paro, si los recortes son demasiado…

Nada de eso es asunto suyo.

“El dos hostias” solo tiene una misión.

Una misión muy sencilla.

Si en algún momento, el presidente de un país sugiere que la única solución es ir a la guerra y matar, le dará dos hostias en la puta garganta sin mediar palabra.

Y mientras el presidente aún está retorciéndose en el suelo intentando coger algo de aire por el pequeño hueco que ha quedado en su inflamada traquea, será sustituido por otro.

Es un sistema muy rudimentario y sé que la violencia no es la solución pero creo que si dos puñetazos en la puta garganta van a salvar miles de vidas y sirven para que el siguiente presidente se lo piense un par de veces antes de sugerir salir a matar vale la pena probarlo.

No entiendo nada de política.

Nada.

Pero entiendo de egos.

Y alguien que se cree capaz de gobernar un país tiene que tener un ego del tamaño de un templo Maya.

Nadie puede subirse a un estrado y decir:

“Desde mi humildad os digo que puedo arreglar todos los problemas de este país”

Y su ego, si consigue poder, será alimentado y crecerá hasta convertirse en el muñeco blanco de cazafantasmas.

Ese muñeco no es muy distinto de la gente con poder.

Sale a la calle a pisotear personas y destrozarlo todo con una sonrisa de oreja a oreja.

Así que mi principal problema con la política es que no puedo confiar en alguien que se cree capaz de gobernar un país sea del partido que sea.

En mi mundo, el presidente de un país debería ser alguien al que le da mucho miedo serlo pero como todos saben que es el mejor para el puesto deciden que sea él y le echan un cable.

Pero como eso no puede ser por muchos motivos, creo que habría que intentar que la persona que gobierna, al menos no pueda jodernos la vida para siempre.

Hay diferencias que pueden tardar siglos en solucionarse, especialmente cuando nadie quiere escuchar, pero sospecho que si eliminamos la parte en la que nos matamos para agilizar el proceso, la negociación será más llevadera.

Pero repito:

“El dos hostias” solo podrá golpear en la garganta cuando la propuesta sea salir a matar.

Pero hasta que “El dos hostias” exista hay que seguir luchando desde Twitter.

Por cierto:

Deberíamos dejar de decir que estamos superjodidos con todo lo que está pasando en el mundo porque creo que no estamos tan mal.

Al menos ahora mismo.

Acabo de entrar en Twitter y aquí va la lista de los temas que son TT a las 09:03 del martes 5 de Agosto de 2014:

No parece la lista de un país muy indignado con nada así que nos podemos relajar.

Medioambiente

Hay preguntas que sobran.

Si ves que vacío un carrito de la compra con tantos productos que llenan la cinta corredera ya sabes que necesito bolsas.

Más de una vez he estado tentado de responder:

“No. Mi plan es dejarlo todo bloqueando tu puta caja e ir haciendo viajes al coche”

Cuando yo era más joven las bolsas del supermercado eran gratis.

Y no me vengas con cuentos del medio ambiente porque si te pido diez bolsas me las darás.

Me creería lo del medioambiente si cuando pidiera una bolsa de plástico saliera un grupo de gente a insultarme.

Gente que dice cosas como:

“Ahí está el hijo de puta que sigue pidiendo bolsas de plástico. ¡Sujetadlo y vamos a mearle en la boca!”

Pero eso no pasa.

Lo único que pasa es que si te pido una bolsa de plástico me la vas a cobrar.

0,5 céntimo.

Un precio que nos podemos permitir.

Algo que demuestra que la excusa del medioambiente es falsa.

Si quisieras que la gente dejase de usar bolsas de plástico me las cobrarías a cien euros.

Harías que realmente me pensara el comprarme la bolsa.

Harías que tuviera que hablar con mi mujer sobre esa decisión.

“¿Compramos la bolsa o damos de comer a los niños?”

Si quieres cuidar el medioambiente ve a saco.

A muerte con todo.

Instala francotiradores en la azotea y a todo el que se acerque a tu supermercado con un coche que no sea eléctrico, ordena que disparen a la puta cabeza en cuanto lo tengan a tiro.

Así poco a poco la gente sabrá que vas en serio.

Sé que no tiene sentido que la pregunta “¿Vas a querer bolsa?” me haya cabreado tanto.

Lo sé.

Pero tampoco tiene sentido que cuando te diga que no, me des doscientos putos papelitos contándome la cantidad de descuentos que tendré en mi próxima compra.

Si tienes un supermercado… ¡se coherente!

Adiós

TQ

El día que se sustituyó “te quiero” por “tq” fue cuando todo se fue a la mierda.

El día en que a alguien le pareció que escribir “te quiero” le hacía perder demasiado tiempo y optó por escribir “tq”.

Podría llegar a entender que alguien hubiese tomado esa decisión si la palabra que hubiésemos escogido los seres humanos para expresar el sentimiento de querer alguien fuese una palabra que escribirla o decirla te quitara cuarenta y cinco minutos.

No apetece meterte con alguien en la cama, darle las buenas noches y saber que te quedan cuarenta y cinco minutos por delante para decir “te quiero”

En ese caso, simplificar la palabra no me parecería algo absurdo.

Me parecería normal.

Incluso sano.

Porque a lo mejor tú no estás muy cansado y no te importa pasar cuarenta y cinco minutos diciendo la palabra pero si la otra persona está agotada, no es justo que tenga que esperar cuarenta y cinco minutos antes de cerrar los ojos.

Y necesario.

Porque a lo mejor un día despiertas con el tiempo justo y tienes que optar entre llegar tarde al trabajo porque no quieres irte de casa sin decirle esa palabra a tu mujer o no decírselo.

Sabiendo que si no se lo dices a lo mejor ella se queda preocupada.

En ese caso entendería que el ser humano hubiese optado por simplificar la palabra.

Pero no entiendo el ahorro de letras en algo que no se tarda nada en escribir.

Y como después de mandar “tq” nadie le dio dos hostias, ese sistema empezó a aplicarse a más palabras.

Imagino al tipo corriendo por la Gran Via al grito de:

«¡¡Mi vida no me permite escribir todas las letras que tiene esta palabra!!»

Y poco a poco, los que escribían todas las letras de las palabras se convirtieron en una especie en extinción.

Pero alguien decidió hacer un último intento por devolver a las palabras todas sus letras e inventó el corrector del iphone.

Un aparato que en cuanto pones dos letras juntas te las cambia por palabras.

Un guerrero solitario que intenta que no se pierda el lenguaje escrito.

Una aplicación que cada día recibe millones de insultos pero a pesar de todo sigue ahí.

Una aplicación que la mayoría vemos como un enemigo por un motivo muy simple:

No nos hemos parado a pensar realmente como funciona.

Hasta ahora.

En este video se demuestra que el corrector ha llegado a nuestras vidas para hacer el bien.

Ha llegado para evitar que un día le escribas a alguien “te quiero” y no entienda lo que quieres decir.

Ama al corrector.

Nosotros lo amamos.

Tanto, que al final del video, podrás escuchar la canción del corrector.

TOP MANTA

Hace un par de semanas hice algo que hacía años que no hacía:

Coger una película del videoclub.

Viajé al pasado.

Recordé cuando de crío, ir al videoclub era una fiesta.

El viaje al videoclub se hacía con nervios.

Y si al acercarte al videoclub veías a alguien que también iba al videoclub acelerabas el paso para entrar antes que él.

No bromeo.

Si de niño hubiese tenido un revolver, en la puerta de ese videoclub hubiese muerto mucha gente.

Me he tomado la licencia de dar por sentado que sería un niño con muy buena puntería.

Si de niño hubiese tenido un revolver seguramente hubiese pasado los sábados disparando a calabazas en el campo.

Para que eso pasara mis padres deberían haber aprobado que yo tuviese un revolver, claro.

Algo que conociendo a mis padres no creo que hubiesen aprobado.

Pero da igual…

Si de niño se hubiesen dado una serie de circunstancias que no se dieron, seguramente ahora estaría en la cárcel.

Me alegro de no haber tenido un revolver cuando era niño.

Al tema…

Cualquiera que entrase antes que tú en el videoclub era un enemigo.

Era alguien que podía coger de la estantería la carátula de la película que tú querías alquilar.

Incluso aunque no estuviese seguro de querer llevársela.

En un videoclub, si eras un cobarde hijo de puta, podías bloquear la película cogiéndola entre tus brazos mientras mirabas el resto.

Como no había Internet, escoger una película era un proceso lento.

Como no había Internet no sabías casi nada de las películas.

Mirabas la carátula y si te gustaba leías la sinopsis.

Una vez escogida le preguntabas al dependiente si la había visto y él te daba su opinión.

Su opinión experta:

“A mi es que no me gustan las de acción”

Y con esa información decidías.

Con el tiempo, el videoclub hizo algo aún más fascinante:

Películas pirata.

Había un catálogo con las películas que aunque no estaban a la vista por si entraba la policía pero que él tenía en el cuartito de atrás.

Lo acojonante es que esas películas, incluso siendo en VHS se veían mejor que las que venden en el top manta.

Nunca he comprado una peli en el top manta.

Y eso que han intentado convencerme con argumentos tan convincentes como:

“Si se ve mal, vienes mañana y te la cambio. Yo siempre estoy aquí”

¿En serio?

¿Siempre estás aquí?

Supongo que te refieres a “siempre que alguien no grite “¡agua!”, claro”.

Tampoco tengo muy claro cual es el criterio para decidir que la película pirata que has comprado no tiene la calidad esperada.

Es decir:

Sabes que se verá y escuchará como la mierda porque se ha grabado desde la butaca de una sala de cine.

En serio alguien ha tenido esta conversación:

“Hola. Me alegro de verte. Aunque me dijiste que tú sitio era la calle princesa, no has vuelto allí en dos años. Pero no hablemos de eso. Lo importante es que hace dos años te compré esta película y me gustaría cambiarla porque a la mitad, se escucha a un señor toser”

No creo que nadie devuelva una película comprada en el top manta.

Y si alguien lo ha hecho que cuente su experiencia por favor.

Cuando el otro día salí del videoclub recordé algo que también existió cuando yo era más joven:

El video comunitario.

Los que no vivisteis eso os perdisteis algo grande.

El video comunitario era un canal de la tele que estaba conectado a alguien del edificio que había decidido que todos podíamos ver la película que el alquilase si poníamos ese canal mientras él la veía.

Es decir:

Alguien que tenía video y la posibilidad de alquilar una película había decidido compartir ese lujo con el resto de vecinos.

No había condiciones para acceder a ese canal.

Alguien muy majo decidía compartir.

Y eso me llevo a pensar en la diferencia que hay entre los vecinos de antes y los de ahora.

Los de antes compartían sus cosas.

Los de ahora no.

Los de ahora no comparten nada.

Es más…

Ponen contraseña a una de las cosas más hermosas que existen:

Su red WIFI.

Es hermoso conectarse a Internet y ver que hay muchas redes wifis a tu alrededor pero es triste ver que todos le ponemos contraseñas para que nadie las use.

Sin embargo a veces pasa algo:

Un vecino tiene su red wifi desprotegida.

Y entonces, por jugar, nos conectamos a ver que tal va.

Y si va bien… nos quedamos conectados.

Y eso… aún no sé si está bien o está mal.

Pero porque en Internet aún es complicado saber que está bien y que está mal.

Algo que en la vida real no pasa.

Por eso hemos hecho este video.

Para que saques tus conclusiones sobre si robar está bien o mal.

Este video es para todos aquellos que os conectais a la wifi del vecino y para todos aquellos que sabéis que se conectan a vuestra wifi.

MTV DOBLAJE

No voy a opinar sobre si las películas o los programas que llegan de EEUU deberían doblarse.

Que cada uno escoja lo que más le guste.

Estaría bien que los que prefieren la versión original tuviesen más opciones pero ese es otro tema.

Lo que me gustaría comentar es lo extraño que me resulta ver a un chicano de metro noventa, lleno de tatuajes, cachas y con dentadura de oro con la voz que tendría el niño rubio de “Salvados por la campana”.

Creo que habría que buscar la manera de corregir eso porque os juro que es muy raro.

Ya hay cosas suficientemente turbias en el mundo del doblaje como para meter más.

¿Acaso no había suficiente terror en el hecho de que los niños estén doblados por señoras mayores?

Es casi tan turbio como saber que las risas de lata que se utilizan son de personas que ya han muerto.

Hay cosas que tienen solución.

No uses el sonido de risas que se grabaron en 1940.

Cámbialas.

No digo que las cambies cada vez que muera uno de los que se rien.

Aunque si hubiese opción de silenciar su risa de la del resto del grupo, yo me quedaría más tranquilo.

Pero cada año puedes grabar risas nuevas.

Pero volvamos al chicano de dos metros con la voz de Zac Morris.

Imagino las salas de doblaje de MTV llenas de quinceañeros blancos muy pijos bebiendo con pajitas en tetabricks de zumo fingiendo que son tan duros como Samuel L. Jackson en “Pulp Fiction”.

No me lo creo.

Así que si hay alguna manera de buscar voces duras para los tíos duros, agradeceré que lo hagan.

Y ojalá al otro lado del charco, haya un americano escribiendo que se le hace muy raro ver a un tío como Gabino Diego con la voz de Morgan Freeman.

Vida virtual

Hay un programa en MTV que se llama “Catfish: mentiras en la red”.

Si tú has conocido por Internet a alguien que asegura estar tan enamorado de ti como tú de él pero no consigues tener una cita en persona, llamas al presentador de Catfish y él se encarga de:

1.- Descubrir si la persona con la que estás hablando es realmente quién dice ser

2.- Que tengáis esa cita y os conozcáis.

No hay que ser muy listo para saber que si alguien que te dice que está enamorado/a de ti, evita tener una cita contigo es o bien porque no es quién dice ser o bien porque no está enamorado/a de ti.

Pero hay gente que no llega a esa conclusión y necesita llamar a un investigador.

Aprovecho para pedir que si alguna vez se acaba el mundo y hay bunkers con aforo limitado, pongamos a esas personas al final de la cola.

Es más…

Pongamos a esas personas en otra cola y digámosles que es la del Bunker.

Si se han creído que alguien que no quiere verles está enamorado de ellos, se creerán esto.

Los que se enamoran por Internet aseguran que es mucho más bonito porque enamorarse por Internet hace que te enamores de la personalidad.

No del físico.

Pero volvamos a Catfish.

Casi siempre, la persona que evita el encuentro acaba cediendo a tener una cita y (¡Oh, sorpresa!) no es quién dice ser.

Lo habitual es:

1.- No son los de la foto

2.- Son mucho más mayores de lo que decían

3.- No tienen el status social que decían tener

4.- Habían dicho que eran chicos y en realidad son chicas o al revés

Y entonces, la persona que ha llamado al programa se viene abajo porque no se lo esperaba.

Y el que ha mentido suelta el discurso de:

“Pero aunque no sea el de la foto, era mi corazón el que escribía. Tenía miedo de que si te enterabas de que no era…

1.- Tan guapo/a

2.- Tan joven

3.- Tan rico

4.- Tan hombre / mujer

… no quisieras hablar más conmigo”

Todas las mentiras están relacionadas con el físico.

Aún no he visto un solo caso donde la persona sea la de la foto y el problema sea que no es tan romántico como cuando escribía o tan inteligente como cuando podía consultarlo todo en Google sin que tú te enterases.

Es decir:

Al final lo que importa de verdad a esas personas es el primer encuentro real.

En Internet, casi siempre ocultaremos o cambiaremos todo lo que no nos guste de nosotros.

Por eso me he apuntado junto a Lara Álvarez a este proyecto.

Un proyecto que consiste en prepararnos a todos para la vida real.

Porque un día cualquiera puede que tengamos que enfrentarnos a ella.