Hace un par de semanas hice algo que hacía años que no hacía:

Coger una película del videoclub.

Viajé al pasado.

Recordé cuando de crío, ir al videoclub era una fiesta.

El viaje al videoclub se hacía con nervios.

Y si al acercarte al videoclub veías a alguien que también iba al videoclub acelerabas el paso para entrar antes que él.

No bromeo.

Si de niño hubiese tenido un revolver, en la puerta de ese videoclub hubiese muerto mucha gente.

Me he tomado la licencia de dar por sentado que sería un niño con muy buena puntería.

Si de niño hubiese tenido un revolver seguramente hubiese pasado los sábados disparando a calabazas en el campo.

Para que eso pasara mis padres deberían haber aprobado que yo tuviese un revolver, claro.

Algo que conociendo a mis padres no creo que hubiesen aprobado.

Pero da igual…

Si de niño se hubiesen dado una serie de circunstancias que no se dieron, seguramente ahora estaría en la cárcel.

Me alegro de no haber tenido un revolver cuando era niño.

Al tema…

Cualquiera que entrase antes que tú en el videoclub era un enemigo.

Era alguien que podía coger de la estantería la carátula de la película que tú querías alquilar.

Incluso aunque no estuviese seguro de querer llevársela.

En un videoclub, si eras un cobarde hijo de puta, podías bloquear la película cogiéndola entre tus brazos mientras mirabas el resto.

Como no había Internet, escoger una película era un proceso lento.

Como no había Internet no sabías casi nada de las películas.

Mirabas la carátula y si te gustaba leías la sinopsis.

Una vez escogida le preguntabas al dependiente si la había visto y él te daba su opinión.

Su opinión experta:

“A mi es que no me gustan las de acción”

Y con esa información decidías.

Con el tiempo, el videoclub hizo algo aún más fascinante:

Películas pirata.

Había un catálogo con las películas que aunque no estaban a la vista por si entraba la policía pero que él tenía en el cuartito de atrás.

Lo acojonante es que esas películas, incluso siendo en VHS se veían mejor que las que venden en el top manta.

Nunca he comprado una peli en el top manta.

Y eso que han intentado convencerme con argumentos tan convincentes como:

“Si se ve mal, vienes mañana y te la cambio. Yo siempre estoy aquí”

¿En serio?

¿Siempre estás aquí?

Supongo que te refieres a “siempre que alguien no grite “¡agua!”, claro”.

Tampoco tengo muy claro cual es el criterio para decidir que la película pirata que has comprado no tiene la calidad esperada.

Es decir:

Sabes que se verá y escuchará como la mierda porque se ha grabado desde la butaca de una sala de cine.

En serio alguien ha tenido esta conversación:

“Hola. Me alegro de verte. Aunque me dijiste que tú sitio era la calle princesa, no has vuelto allí en dos años. Pero no hablemos de eso. Lo importante es que hace dos años te compré esta película y me gustaría cambiarla porque a la mitad, se escucha a un señor toser”

No creo que nadie devuelva una película comprada en el top manta.

Y si alguien lo ha hecho que cuente su experiencia por favor.

Cuando el otro día salí del videoclub recordé algo que también existió cuando yo era más joven:

El video comunitario.

Los que no vivisteis eso os perdisteis algo grande.

El video comunitario era un canal de la tele que estaba conectado a alguien del edificio que había decidido que todos podíamos ver la película que el alquilase si poníamos ese canal mientras él la veía.

Es decir:

Alguien que tenía video y la posibilidad de alquilar una película había decidido compartir ese lujo con el resto de vecinos.

No había condiciones para acceder a ese canal.

Alguien muy majo decidía compartir.

Y eso me llevo a pensar en la diferencia que hay entre los vecinos de antes y los de ahora.

Los de antes compartían sus cosas.

Los de ahora no.

Los de ahora no comparten nada.

Es más…

Ponen contraseña a una de las cosas más hermosas que existen:

Su red WIFI.

Es hermoso conectarse a Internet y ver que hay muchas redes wifis a tu alrededor pero es triste ver que todos le ponemos contraseñas para que nadie las use.

Sin embargo a veces pasa algo:

Un vecino tiene su red wifi desprotegida.

Y entonces, por jugar, nos conectamos a ver que tal va.

Y si va bien… nos quedamos conectados.

Y eso… aún no sé si está bien o está mal.

Pero porque en Internet aún es complicado saber que está bien y que está mal.

Algo que en la vida real no pasa.

Por eso hemos hecho este video.

Para que saques tus conclusiones sobre si robar está bien o mal.

Este video es para todos aquellos que os conectais a la wifi del vecino y para todos aquellos que sabéis que se conectan a vuestra wifi.