No voy a opinar sobre si las películas o los programas que llegan de EEUU deberían doblarse.

Que cada uno escoja lo que más le guste.

Estaría bien que los que prefieren la versión original tuviesen más opciones pero ese es otro tema.

Lo que me gustaría comentar es lo extraño que me resulta ver a un chicano de metro noventa, lleno de tatuajes, cachas y con dentadura de oro con la voz que tendría el niño rubio de “Salvados por la campana”.

Creo que habría que buscar la manera de corregir eso porque os juro que es muy raro.

Ya hay cosas suficientemente turbias en el mundo del doblaje como para meter más.

¿Acaso no había suficiente terror en el hecho de que los niños estén doblados por señoras mayores?

Es casi tan turbio como saber que las risas de lata que se utilizan son de personas que ya han muerto.

Hay cosas que tienen solución.

No uses el sonido de risas que se grabaron en 1940.

Cámbialas.

No digo que las cambies cada vez que muera uno de los que se rien.

Aunque si hubiese opción de silenciar su risa de la del resto del grupo, yo me quedaría más tranquilo.

Pero cada año puedes grabar risas nuevas.

Pero volvamos al chicano de dos metros con la voz de Zac Morris.

Imagino las salas de doblaje de MTV llenas de quinceañeros blancos muy pijos bebiendo con pajitas en tetabricks de zumo fingiendo que son tan duros como Samuel L. Jackson en “Pulp Fiction”.

No me lo creo.

Así que si hay alguna manera de buscar voces duras para los tíos duros, agradeceré que lo hagan.

Y ojalá al otro lado del charco, haya un americano escribiendo que se le hace muy raro ver a un tío como Gabino Diego con la voz de Morgan Freeman.